Nuestro viaje «Conectando bosques» en el que recorremos Senegal en bici por «las raíces de África» nos lleva hasta Gambia, un estrecho país que atravesamos en unas pocas horas de norte a sur.
- A la sombra de las raíces de África (IV). Las raíces de las Ceibas.
Llevo todo el viaje oyendo hablar de la Casamance: tienes que ir a la Casamance, la Casamance es otra cosa, te va a encantar la Casamance. Ya estoy en la Casamance. La Casamance es el país de los Diola, de los reyes animistas, de los campos de arroz, de los bolongs, de los manglares, de las Ceibas.
Y para llegar a la Casamance, tengo que atravesar Gambia.
- 1 Echando raíces en el agua (I). Los manglares de Senegal y Gambia.
El paisaje de Senegal y Gambia está enmarcado por cuatro grandes ríos que atraviesan la región de este a oeste: Senegal, Saloum, Gambia y Casamance. Estos cuatro ríos conforman en sus desembocaduras grandes deltas y estuarios con un elemento distintivo casi en común, los manglares.
Los manglares de Senegal y Gambia están dominados por el Mangle Rojo (Rhizophora mangle y Rhizophora racemosa), con presencia de Mangle Negro (Avicenia africana), Mangle Blanco (Laguncularia racemosa) y Mangle Gris (Conocarpus erectus) en terrenos más elevados, más alejados del influjo de las mareas y con mayores niveles de salinidad.
10.2 Echando raíces en el agua (II). Los manglares de Senegal y Gambia.
Al atravesar Gambia camino de la Casamance me sorprende encontrarme unos espectaculares manglares a más de 100 kilómetros de la costa. En realidad, los manglares visten las orillas del río Gambia desde su desembocadura hasta prácticamente 240 kilómetros hacia el interior y van ganando tamaño según se alejan del mar, siendo posible encontrar formaciones de manglares de más de 20 metros de altura entre los 100 y los 160 kilómetros río arriba.
Los manglares son “paisajes habitados”, con evidencia de uso y ocupación desde hace milenios, por lo que su dinámica está profundamente interrelacionada con la vida de la población local. Además de ser fuente de madera y leña, aportan a las poblaciones costeras recursos alimenticios diversos como las ostras que crecen en las raíces del Mangle Rojo o los peces, cangrejos y camarones que se refugian entre ellas.