Polonia

Nuestro viaje «Conectando bosques» nos lleva hasta Polonia. Iniciamos un viaje a la «Pusczca Bialowiezka».

1. Un relato forestal viajero por el bosque de Bialowieza.
Este es el relato de un viaje al bosque de Bialowieza, en la frontera entre Polonia y Bielorusia. Bialowieza, el bosque ancestral, el bosque de los bisontes. Y para el camino me acompaña Walden, de Thoreau. Y una frase atronadora: “Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente”

2. Detrás de la puerta al paraíso
Cruzar el portón de entrada a la reserva estricta del bosque de Bialowieza tiene algo de melancólico, de regreso al pasado.
Bialowieza es uno de los mejores ejemplos de bosque mixto de llanura de Europa Central. Recorrerlo pausadamente en otoño es un placer para la vista por la variedad de tonalidades que nos exhibe. En el estrato inferior dominan los carpes (Carpinus betulus) y los arces (Acer platanoides), que relucen con el resplandor dorado de sus hojas. Los tilos (Tilia platyphyllos), por su parte, están más apagados, al ser los primeros que han empezado ya a tirar las hojas. Por encima, hay que levantar bien la vista para admirar el tamaño de algunos fresnos (Fraxinus excelsior) y olmos (Ulmus glabra) que rondan los 40 metros de altura. Más arriba todavía, los abetos rojos (Picea abies) llegan a alcanzar los 55 metros, convirtiéndose en los gigantes del bosque. Como queriendo dar un toque más de color, en los claros se afanan por crecer los abedules (Betula alba) y álamos temblones (Populus tremula), así como algunos pinos silvestres (Pinus sylvestris) dispersos.
Entre todos, el auténtico señor del bosque de Bialowieza es el roble (Quercus robur). No llega tan alto como los abetos rojos ni resplandece con tanta alegría como los carpes o los arces. Pero es el abuelo del bosque; llega a superar los 600 años y alcanza portes espectaculares.

3. El bosque de los bisontes

La historia del bosque de Bialowieza en nada se debería de haber diferenciado de la del resto de bosques de llanura centroeuropeos, que han soportado una continua alteración humana desde los olvidados tiempos del Neolítico hasta nuestros días. Aquí, sin embargo, un simple elemento alteró la dinámica: había bisontes.

Gracias a la presencia de los bisontes, el bosque de Bialowieza ha estado protegido de la acción del hacha, lo que le ha permitido mantener una estructura y una biodiversidad única y le ha valido el calificativo de “el último bosque primigenio de Europa”.

  1. Conflictos en el bosque: forestales vs. ecologistas

Los viejos conflictos entre forestales y ecologistas sobre la mejor forma de proteger los valores únicos del bosque de Bialowieza se han agravado en los últimos años con la aparición de un viejo conocido: el escarabajo de la corteza del abeto rojo (Ips typographus).

Este pequeño escolítido está provocando la muerte masiva de los grandes abetos rojos del bosque de Bialowieza. La lucha contra el escarabajo, por su parte, está provocando fuertes conflictos entre forestales y ecologistas.

Los forestales consideran necesario cortar los abetos rojos afectados por la plaga para frenar su expansión. Los ecologistas, por su parte, están en contra de estas talas masivas y han organizado un campamento de protesta en el bosque (Camp for the Forest). El conflicto en el bosque está servido.

5. Fui a los bosques

De nuevo me toca cruzar media Europa, esta vez de regreso a casa. En la carretera tengo tiempo de reflexionar. Durante estos días en el bosque he intentado comprender el enfrentamiento que se desarrolla en Bialowieza entre los forestales y los ecologistas.

Es un conflicto complejo, entre dos formas de entender nuestra relación con el bosque aparentemente contradictorias e irreconciliables. Pero no es un debate exclusivo de Bialowieza.

Sin duda, estamos ante un nuevo paradigma en el sector forestal, pero también en el de la conservación. Los ecologistas y los forestales somos aliados, no enemigos, que deberíamos trabajar juntos por el bien de nuestros bosques. Olvidando que antes, “la vida solía ser simple”.

De nuevo en casa, mi cabeza permanece en el bosque de Bialowieza. Ojalá la PUSZCZA sea para siempre ese lugar en el que la gente pueda vivir deliberadamente: los cazadores, los leñadores, los caminantes, los filósofos, los poetas.

Puszcza Bialowiezka (5 de 5)

Puszcza Bialowiezka (5 de 5)

Fui a los bosques
De nuevo me toca cruzar media Europa, esta vez de regreso a casa. En la carretera tengo tiempo de reflexionar. Durante estos días en el bosque he intentado comprender el enfrentamiento que se desarrolla en Bialowieza entre los forestales y los ecologistas.
Es un conflicto complejo, entre dos formas de entender nuestra relación con el bosque aparentemente contradictorias e irreconciliables. Pero no es un debate exclusivo de Bialowieza.
Sin duda, estamos ante un nuevo paradigma en el sector forestal, pero también en el de la conservación. Los ecologistas y los forestales somos aliados, no enemigos, que deberíamos trabajar juntos por el bien de nuestros bosques. Olvidando que antes, “la vida solía ser simple”.
De nuevo en casa, mi cabeza permanece en el bosque de Bialowieza. Ojalá la PUSZCZA sea para siempre ese lugar en el que la gente pueda vivir deliberadamente: los cazadores, los leñadores, los caminantes, los filósofos, los poetas.

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Puszcza Bialowiezka (4 de 5)

Puszcza Bialowiezka (4 de 5)

Conflictos en el bosque: forestales vs. ecologistas

Los viejos conflictos entre forestales y ecologistas sobre la mejor forma de proteger los valores únicos del bosque de Bialowieza se han agravado en los últimos años con la aparición de un viejo conocido: el escarabajo de la corteza del abeto rojo (Ips typographus).
Este pequeño escolítido está provocando la muerte masiva de los grandes abetos rojos del bosque de Bialowieza. La lucha contra el escarabajo, por su parte, está provocando fuertes conflictos entre forestales y ecologistas.
Los forestales consideran necesario cortar los abetos rojos afectados por la plaga para frenar su expansión. Los ecologistas, por su parte, están en contra de estas talas masivas y han organizado un campamento de protesta en el bosque (Camp for the Forest). El conflicto en el bosque está servido.

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Puszcza Bialowiezka (3 de 5)

Puszcza Bialowiezka (3 de 5)

El bosque de los bisontes.
La historia del bosque de Bialowieza en nada se debería de haber diferenciado de la del resto de bosques de llanura centroeuropeos, que han soportado una continua alteración humana desde los olvidados tiempos del Neolítico hasta nuestros días. Aquí, sin embargo, un simple elemento alteró la dinámica: había bisontes.
Gracias a la presencia de los bisontes, el bosque de Bialowieza ha estado protegido de la acción del hacha, lo que le ha permitido mantener una estructura y una biodiversidad única y le ha valido el calificativo de “el último bosque primigenio de Europa”.

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Puszcza Bialowiezka (2 de 5)

Puszcza Bialowiezka (2 de 5)

Detrás de la puerta al paraíso.
Cruzar el portón de entrada a la reserva estricta del bosque de Bialowieza tiene algo de melancólico, de regreso al pasado.
Bialowieza es uno de los mejores ejemplos de bosque mixto de llanura de Europa Central. Recorrerlo pausadamente en otoño es un placer para la vista por la variedad de tonalidades que nos exhibe. En el estrato inferior dominan los carpes (Carpinus betulus) y los arces (Acer platanoides), que relucen con el resplandor dorado de sus hojas. Los tilos (Tilia platyphyllos), por su parte, están más apagados, al ser los primeros que han empezado ya a tirar las hojas. Por encima, hay que levantar bien la vista para admirar el tamaño de algunos fresnos (Fraxinus excelsior) y olmos (Ulmus glabra) que rondan los 40 metros de altura. Más arriba todavía, los abetos rojos (Picea abies) llegan a alcanzar los 55 metros, convirtiéndose en los gigantes del bosque. Como queriendo dar un toque más de color, en los claros se afanan por crecer los abedules (Betula alba) y álamos temblones (Populus tremula), así como algunos pinos silvestres (Pinus sylvestris) dispersos.
Entre todos, el auténtico señor del bosque de Bialowieza es el roble (Quercus robur). No llega tan alto como los abetos rojos ni resplandece con tanta alegría como los carpes o los arces. Pero es el abuelo del bosque; llega a superar los 600 años y alcanza portes espectaculares.

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Puszcza Bialowiezka (1 de 5)

Puszcza Bialowiezka (1 de 5)

Un relato forestal viajero por el bosque polaco de Bialowieza en 2017.
Este es el relato de un viaje al bosque de Bialowieza, en la frontera entre Polonia y Bielorusia. Bialowieza, el bosque ancestral, el bosque de los bisontes. Y para el camino me acompaña Walden, de Thoreau. Y una frase atronadora: “Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente”

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