Progreso:

Bosques martianos (3 de 6)

Por el oriente cubano

Guantánamo-Cajobabo-Baracoa-Bahía de Taco-Moa- Mayarí-Holguín

Inicio de nuevo una larga etapa de más de 100 km, de Guantánamo a Cajobabo, con el mar esta vez a mi derecha. Para mi alegría, empiezan a aparecer puestos de fruta a la orilla de la carretera. Esta vez, superado el Alto de la Herradura, me toca almorzar plátanos.

Puesto de plátanos en el camino
La costa de Guantánamo

La costa sur de Guantánamo es la zona más seca del país. Por ello, la vegetación que me encuentro cambia radicalmente y en poco tiempo paso de pedalear junto al bosque húmedo tropical de la Sierra Maestra a hacerlo por un terreno dominado por cactus. Como escribe Salvador Capote en “Mi Tesoro es Cuba”: “En el litoral de Guantánamo, enormes cactos columnares, armados de fuertes espinas, acompañan al guardafrontera, como si velaran también en nuestras horas de sueño, ayudándole a custodiar las fronteras inviolables de la Patria”.

Cactus cerca de Guantánamo
Cactus cerca de Guantánamo
Existen unas 60 especies de cactus en Cuba, pero solo un cuarto de ellas tiene algún uso referenciado, siendo los más generalizados el medicinal, el ornamental y el alimenticio. La tuna (Opuntia sp.) es un cactus que da nombre a la ciudad de Las Tunas. Se dice que en esa provincia se plantó un gran número de tunas en una hacienda ganadera, pero ante el desconocimiento de su modo de empleo para alimentar el ganado se fue expandiendo hasta llegar a dar nombre a la ciudad que se fundó con posterioridad. La tuna, como otros géneros de cactus cubanos, tiene un uso alimentario, medicinal, colorante, como cerca viva, ornamental e incluso se le atribuyen usos mágicos, al ser capaz de alejar la envidia de las casas en las que se cultiva. Además, tiene potencial como alimento para el ganado, aunque en Cuba no existe tradición.
 
Otra planta espinosa del oriente cubano citada por Martí en sus diarios de campaña es la pajúa (Bactris cubensis), que es una palma de mediano tamaño con negras y afiladas espinas de varios centímetros de longitud que le cubren el tronco y las hojas, aportándole una eficaz protección.

La playita de Cajobabo es también un trozo de la historia de Cuba ya que es la zona que eligió Martí en 1895 para desembarcar durante la Guerra de Independencia.

Playita de Cajobabo

Dicen que Martí fue un político republicano democrático, pensador, escritor, periodista, filósofo y poeta cubano, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra de Independencia de Cuba. Además fue un amante de la Naturaleza, en especial la cubana. A medida que voy conociendo un poco la personalidad y la obra de Martí, se me va transformando en un personaje entrañable e interesante:

 . “Los que sienten la Naturaleza tienen el deber de amarla.

. “¿Tú ves un árbol? ¿Tú ves cuánto tarda en colgar la naranja dorada o la granada roja, de la rama gruesa? Pues, ahondando en la vida, se ve que todo sigue el mismo proceso. El amor, como el árbol ha de pasar de semilla a arbolito, a flor y a fruto.”

. “Leo pocos versos, porque casi todos son artificiales o exagerados, y dicen en lengua forzada falsos sentimientos, o sentimientos sin fuerza ni honradez, mal copiados de los que los sintieron de verdad. Donde yo encuentro poesía mayor es en los libros de ciencia, en la vida del mundo, en el orden del mundo, en el fondo del mar, en la verdad y música del árbol, y su fuerza y amores.”

. “El bosque vuelve al hombre a la razón y a la fe, y es la juventud perpetua. El bosque alegra, como una buena acción. La naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre.”

. “La cuestión vital de que hablamos es ésta: la conservación de los bosques, donde existen; el mejoramiento de ellos donde existen mal; su creación, donde no existen.”

En el “Diario de Campaña De Cabo Haitiano a Dos Ríos” Martí refleja su recorrido por el oriente cubano desde el desembarco en Playita de Cajobabo el 11 de abril de 1895, hasta las cercanías de Dos Ríos, donde cayó en combate el 17 de mayo. Freddy Labori “Chispa” puso música al Diario de Campaña de José Martí:

Por la cresta subimos,

por las lomas; el café cimarrón,

la pomarrosa, bosque;

la pomarrosa, bosque.

A machete abrimos claro,

De tronco a tronco tendemos las hamacas;

¡la noche bella no deja dormir!

Silba el grillo, el lagartijo quiquinea

Y su coro le responde…

¿Y qué se ve entre las sombras,

que el monte es de cupey y de pagúa?

La pomarrosa o jambosa (Syzygium jamba), a la que Martí aludía en sus Diarios de Campaña es un árbol originario de Asia, que en Cuba se ha convertido en una especie invasora, como los españoles a los que Martí pretendía combatir.

A partir de Cajobabo, por la cresta subo, por las lomas. Para llegar a Baracoa tengo que escalar La Farola, el puerto de montaña más alto de Cuba. La ascensión es exigente, pero las vistas espectaculares. Aprovecho un par de miradores para reponer fuerzas, sacar fotos y comprar fruta. Finalmente, un letrero de “Alto de Cotilla” me indica que he llegado a la cima.

Hacia el otro lado, hacia el norte, el paisaje cambia y empiezan a aparecer grandes extensiones de pinares.

Vista desde el "Alto de Cotilla"
Pinares en Cuba
En Cuba hay cuatro especies de pino:
. el pino macho (Pinus caribaea)
. el pino hembra (Pinus tropicalis)
. el pino cubano (Pinus cubensis)
. el pino de Sierra Maestra (Pinus maestrensis)
 
Los dos primeros son propios del oeste de Cuba y los dos últimos de la zona oriental. Al pino de Sierra Maestra algunos autores le consideran una subespecie del pino cubano, de Mayarí, o de Baracoa, como también se le conoce.

Desciendo hacia Baracoa entre el aroma de los pinares y de repente me encuentro con una cuadrilla de trabajadores forestales cargando un camión con troncos de pino. Me explican que están realizando un raleo en el pinar. Me explican que los técnicos del Servicio Forestal delimitan la zona de actuación en la que se realizará la clara o raleo y que ésta se ejecuta de forma manual con motosierra. Me explican que la madera se extrae con bueyes o con tractor, en función del riesgo de erosión y de la disponibilidad. Y me explican que las trozas se cargan manualmente en el camión para su transporte, en este caso con destino a cajerío.

Camión cargado con trozas de pino
Aprovechamiento forestales de pinares en Cuba

Los pinares son desde el punto de vista productor la formación forestal más importante de Cuba y además cumplen significativas funciones de protección de las aguas y los suelos y de la biodiversidad en general.

En Cuba, la Ley Forestal define las categorías de bosques y los tipos de tala que en ellos pueden ejecutarse. Los bosques de producción incluyen los dedicados principalmente a satisfacer las necesidades de la economía en maderas y otros productos no madereros. Los bosques protectores son aquellos cuya superficie debe ser conservada permanentemente para proteger los recursos renovables a los que están asociados pero admiten algunos tipos de talas selectivas. Los bosques de conservación, son los que, por sus características y ubicación, sirven para conservar y proteger los recursos naturales. Estos bosques, que representan un cuarto del total del área forestal cubierta, deben ser conservados permanentemente y en ellos no se admiten talas de aprovechamiento.

Cartel de Raúl Castro arengando a los forestales

En la Ley Forestal “se establecen los principios del Manejo Forestal Sostenible, los deberes y derechos de los tenedores de recursos forestales o de las tierras con vocación forestal y deja muy claro los derechos y obligaciones de los habitantes del bosque y las comunidades en ellos existentes”.

Como queriendo refrendar la importancia del manejo forestal en Cuba, poco más adelante me encuentro con un cartel al borde de la carretera en el que Raúl Castro, puño en alto, arenga a los forestales a “virarse para la tierra y hacerla producir”.

Después de un día intenso y muy “forestal” llego por fin a Baracoa. Por desgracia, las nubes se me han adelantado y un fuerte aguacero parece darme la bienvenida. Mi intención era pasar en Baracoa un par de días visitando con calma los alrededores, en especial Boca de Yumuri. Pero como la lluvia ha venido también para quedarse, cambio de planes, aparco la bici y me dedico a conocer un poco mejor la ciudad.

Cámara de fotos de Eugenio Jiménez
Museo Matachín de Baracoa

En el Museo Matachín de Baracoa se exhiben las cámaras fotográficas de Eugenio Jiménez, considerado como “el primer fotógrafo de Baracoa”. Curiosamente, de mi primer viaje a Cuba, hace ya 20 años, conservo una cámara que me regalaron y que resulta ser idéntica a la expuesta en el Museo. ¡Espero ser buen sucesor de Eugenio Jiménez fotografiando las tierras baracoesas!

Fotografía del Malecón de Baracoa de Eugenio Jiménez
Fotografía del Malecón de Baracoa de Eugenio Jiménez
Malecón de Baracoa
En el Museo se exhibe una xiloteca con maderas de Baracoa. Me pierdo entre nombres de árboles que no había escuchado jamás, como la jaragua (Phyllanthus myrtillioides), la jatía (Phyllostylon rhamnoides) o la yamagua (Guarea guidonia).
 
Son árboles que Martí reflejó en su Diario de Campaña, como buen conocedor de la flora cubana, y que yo espero estar identificando con acierto…
Xiloteca en el Museo Matachín de Baracoa
Xiloteca en el Museo Matachín

En el Museo Matachín también oigo hablar por primera vez de Antonio Núñez Jiménez, al que califican como “el cuarto descubridor de Cuba”. Su pasión por fomentar una cultura de la Naturaleza en Cuba me atrapa:

“Al adentrarse por los hermosos y arduos caminos del Socialismo, la situación medioambientalista en Cuba es la siguiente: si bien la vanguardia de la Revolución lucha denodadamente por la positiva protección y transformación de la Naturaleza cubana, no es menos cierto que por efecto de la incultura mantenida durante cinco siglos en el manejo de esa Naturaleza, gran parte de nuestra sociedad no posee aún el conocimiento del mejor empleo de las leyes que rigen las leyes hombre-geografía. De ahí la campaña que deseamos impulsar bajo el título de “Hacia una Cultura de la Naturaleza”.

Leo precisamente “Hacia una Cultura de la Naturaleza”, que se puede considerar el testamento de su pensamiento ecologista. Descubro que uno de los grandes esfuerzos de Antonio Núñez Jiménez fue su lucha por salvar ecológicamente la Cuenca del Toa, cercana a Baracoa:

En el caso concreto de Cuba es trascendente no extinguir los pocos bosques vírgenes que sobreviven; especialmente debemos proteger en su integridad la pluvisilva de la Cuenca del Toa, la flora de los mogotes, los manglares, pinares y otros ecosistemas”.

Leyendo un libro en Baracoa

Pero Baracoa también es Historia, es coco y cacao y es rumba. Así que recorro sus calles de día en busca de las dos primeras y de noche en busca de la tercera. Y por la noche encuentro lo que ya esperaba; que en la ecuación rumba-turistas-cubanos/as, despejar la “x” de sexo es sencillo con dinero; que el calificativo de “buenas, bonitas y baratas” es un alago para muchas baracoesas; que en la noche cubana, un turista es un turista: “¡si no pagas a las chicas, cámbiate de sexo, tío!”.

Bebiendo cacao en Baracoa
El cacao (Theobroma cacao) es parte inseparable de identidad de Baracoa, a la que se llama “Capital del cacao”.  “Theobroma” procede del griego y significa “alimento de los dioses”, ya que el cacao fue una importante bebida ritual para las civilizaciones precolombinas.
Partiendo un coco
El cocotero (Cocos nucifera) parece que fue introducido en Cuba por los españoles, procedente de Centroamérica. Es un proveedor verdaderamente generoso, ya que puede llegar a dar hasta setenta y cinco cocos al año. El agua de coco tiene propiedades nutritivas y la carne blanca se emplea como ingrediente de cocina o para producir aceite de coco.
Cocotero

Aprovechando que cesa la lluvia retomo mi rutina, así que cargo de nuevo las alforjas y comienzo a pedalear por la costa en dirección a Moa. Será por ver de nuevo el sol, pero me parece estar recorriendo los rincones más bonitos de mi viaje. Así que decido tomármelo con calma. Me tomo unos cocos por el camino. Me desperezo en playa Maguana. Llego a la Bahía de Taco, que parece querer conjuntar el azul del océano con el verde de las montañas. Me parece un rincón para disfrutar con calma, así que reservo una cabaña para dormir, una excursión en barca por la bahía y una caminata para la mañana siguiente por la montaña, para internarme en el Parque Nacional Von Humbold.

Playa Maguana

El Parque Nacional Von Humbold, con sus más de 70.000 hectáreas y declarado Patrimonio de la Humanidad, se considera el área protegida de Cuba más importante en lo referente a biodiversidad, ya que posee el mayor número de endemismos del país y contiene el remanente mayor de ecosistema montañoso y bosque tropical lluvioso del Caribe insular. Entre las especies arbóreas destacan dos de los géneros que pertenecen a los grupos de plantas con rasgos más primitivos: la dracena (Dracaena cubensis) y el podocarpus (Podocarpus ekmani).

Bahía de Taco
Bahía de Taco

Para mí es un placer aparcar la bici e internarme en estas montañas a pie. Caminando por el bosque húmedo entiendo por qué Antonio Núñez Jiménez se enamoró de esta tierra y dedicó tantos esfuerzos en proteger la cuenca del Toa. De la mano de mi guía descubro árboles como el ocuje, el caimitillo o el caguairán. De su mano descubro también las amenazas para la biodiversidad del Parque, como la tala ilegal, la extracción de madera para carbón, la caza de aves y mamíferos para alimento y de plantas y animales como la cotorra o el caracol Polymita picta para la venta comercial.

Parque Nacional Von Humboldt
Ocuje rojo (Calophyllum calaba)
Ocuje rojo (Calophyllum calaba)
El ocuje rojo (Calophyllum calaba) puede llegar a alcanzar 30 metros y posee una madera de color rojo muy valiosa por su solidez y resistencia y que es imputrescible bajo el agua. El ocuje blanco (Calophyllum rivulare) tiene una madera de peor calidad.
 
El caimitillo (Chrisophyllum oliviforme) y el caimito (Chrisophyllum cainito) son árboles frutales, con fruto pequeño, similar a una aceituna, el primero y más grande el segundo.
Caimitillo (Chrisophyllum oliviforme)
Caimitillo (Chrisophyllum oliviforme)
El caguairán o quiebra hacha (Copaifera hymenoefolia) posee una madera de color rojo, muy dura y considerada como incorruptible, por lo que se emplea para postes y traviesas de ferrocarril. En Cuba, a las personas robustas, vigorosas o de recio carácter se les asemeja con el caguairán. A Fidel Castro le llaman “el caguairán”.
 
También parece que llaman quiebra hacha al roble prieto (Ehretia tinifolia). Un nombre parecido tiene el jubabán o cabo de hacha (Trichilia hirta) y del mismo género que éste es el palo amargo (Trichilia pallida).
Caguairán o quiebra hacha (Copaifera hymenoefolia)
Quiebra hacha (Copaifera hymenoefolia)

En este viaje estoy teniendo oportunidad de descubrir a una serie de grandes hombres amantes de la Naturaleza. Uno de ellos es sin duda el que da nombre al Parque Nacional en el que paso la noche. Alexander Von Humboldt visitó Cuba dos veces entre 1800 y 1804, no permaneciendo en la isla más de cinco meses en total. Sin embargo, los estudios que desarrolló sobre la naturaleza y la sociedad cubana, plasmados en su obra “Ensayo Político sobre la Isla de Cuba”, le han llevado a ser nombrado “el segundo descubridor de Cuba”. Un Humboldt, al que hoy algunos autores empiezan a considerar padre del ecologismo y de nuestra visión de la Naturaleza, que afirmó hace más de 200 años que “un solo e indestructible nudo encadena la Naturaleza entera” y que ya entonces denunció que la deforestación agravaba las sequías y las inundaciones.

Otro de estos grandes hombres que estoy descubriendo es Antonio Núñez Jiménez, “el cuarto descubridor de Cuba”. Casi 200 años después que Humboldt, también vio con preocupación la relación del hombre con la Naturaleza:

“En la actualidad el Archipiélago Cubano se cruza de innumerables pedraplenes y se siembra hasta el último paño de nuestras tierras, se represan ríos y numerosos valles son transformados en lagos, mientras que los campos también se cubren de nuevos poblados, autopistas y aeropuertos; modernas fábricas lanzan al aire gases que indefectiblemente contaminan la atmósfera y generan desechos químicos que no siempre podemos controlar adecuadamente, de ahí la imperiosa obligación de prepararnos para enfrentar mejor esta realidad del desarrollo”. “Existe como un hecho irrebatible, y es que no sólo en Cuba se da la contradicción entre desarrollo y ecología, entre industrialización y Naturaleza. Tener conciencia de este hecho y armonizar tales factores contradictorios es un verdadero reto a la inteligencia de nuestro pueblo”.

Las contradicciones de la relación del hombre con la Naturaleza, entre desarrollo y ecología, se muestran en Cuba en toda su magnitud al pasar en dos pedaladas de la Cuenca del Toa a Moa, la que muchos dicen que es la ciudad más industrial y fea de Cuba.

"Bienvenidos a Moa"
Zona industrial de Moa

En Moa se localizan las principales minas y fábricas de níquel de la isla. Aunque económicamente es un recurso de primer orden, ecológicamente provoca un impacto también de primer orden. El propio Raúl Castro ha hecho declaraciones en varias ocasiones sobre este impacto: “No sé si fue porque yo nací allí, cerca de los pinares de Mayarí, que nos impresionan aquellos paisajes y los alrededores de las minas de níquel, donde combatimos también hace más de veinte años, y donde he podido constatar con el transcurso de estos años los destrozos que producimos.” “Estando en aquellos mismos lugares hace bastante tiempo, con el compañero Fidel, al ver el panorama que parecía un paisaje lunar, me expresó: ¿cuándo vamos a parar estos destrozos?” “¿Qué hacen ahora? Lo he visto desde tierra y también desde un helicóptero: vienen los buldóceres, sacan la capa vegetal de encima, la echan por un barranco, por un precipicio, haciéndole daño a la vegetación que está debajo, en las laderas y en la parte inferior hacen sus huecos, sacan el níquel y después se van”.

Moa me recibe con un gran aguacero, lo que no hace más que redoblar el aspecto tenebroso de este paisaje minero e industrial. Durante el día me he ido cruzando con un grupo de ciclistas alemanes guiados por otro alemán, afincado en la isla. Curiosamente me habían hablado de este alemán hace ya varios años durante mi anterior visita a Cuba, cuando todavía mi viaje en bici no era más que un lejano sueño. Curiosamente de nuevo, acabo compartiendo habitación con el alemán-cubano, al estar el único hotel de Moa completo y tener ellos reserva y yo no. Acabamos deduciendo que nuestro hombre en común es un camionero de Jagüey Grande, a donde pretendo llegar en unos días para visitar a mi amigo Carlos.

Desde Moa tardo dos días en recorrer los casi 200 kilómetros que la separan de Holguín, ciudad en la que me despido de las costas, montañas y gentes del oriente cubano, que han conseguido que recordarlas al escribir este relato me resulte tan entrañable.

Antes de llegar a Holguín, fiel al espíritu “forestal” de mi viaje, hago parada en una fábrica procesadora de madera de bambú y en una Empresa Forestal en la que producen carbón vegetal para exportación.

Empresa forestal integral Holguín

Las Empresas Forestales tienen bajo su administración la mayor parte del patrimonio forestal del país. En Cuba, la comercialización de los productos forestales madereros incluidos en el balance nacional  (madera en bolos, postes y traviesas) corresponde a las Empresas Forestales; el resto de productos pueden ser comercializados libremente, con la correspondiente guía forestal y autorización de corta.

La Empresa Forestal Integral Holguín se centra en la producción de carbón para exportación a Italia. Las carboneras las preparan en el monte y en la planta refinan el carbón. Usan maderas duras porque pesan más, como la yaya (Oxandra lanceolata) o la casuarina.

A medida que me acerco a Holguín, el paisaje va variando. He abandonado la costa y las áreas montañosas y estoy llegando a las llanuras de la parte central de Cuba. Los bosques dejan paso a extensas zonas agrícolas, dedicadas al cultivo de caña de azúcar, naranja, limón y tabaco, y zonas ganaderas con ejemplares dispersos de árboles forrajeros como la guásima o el algarrobo.

Algarrobo (Samanea saman)
Algarrobo (Samanea saman)
La guásima (Guazuma ulmifolia) está siendo empleada como especie forrajera en sistema silvopastoriles en diversos países americanos.
 
El algarrobo (Samanea saman) es un árbol forrajero nativo de Centroamérica, que se ha extendido a otros países. Se le denomina “árbol de la lluvia”, porque cierra sus hojas cuando amenaza lluvia y el cielo se oscurece.

Pero ya vale de hablar de árboles…A partir de Holguín decido saltarme las provincias centrales de Cuba, con su paisaje agrícola y ganadero. Así que cargo la bici en un bus y en pocas horas estoy en Sancti Spiritus.

Sancti Spiritus

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