Los investigadores del bosque
Ha sido una pena que no haya podido disfrutar de la diversidad de aves que se dejan ver por el Camino del Oleoducto por culpa de no haber madrugado lo suficiente. Lección aprendida. Al día siguiente me toca madrugar obligatoriamente, ya que me han citado a primera hora de la mañana en el muelle del STRI, en el extremo norte de Gamboa. El barco que nos tiene que llevar hasta la isla de Barro Colorado sale a las 8 de la mañana y al hacer la reserva avisan claramente que si se pierde el barco, se pierde la visita. En el muelle nos espera Chelina (https://www.instagram.com/chelina_batista/), una investigadora del STRI especialista en ornitología y que esta vez va a hacer de guía a un pequeño grupo de turistas de habla inglesa al que me he unido.
Al represarse el río Chagres para crear el lago Gatún durante la construcción del Canal de Panamá, en el interior del lago quedó aislada por el agua una pequeña colina. Acababa de nacer la isla de Barro Colorado. Salimos puntuales de Gamboa en nuestra pequeña lancha. Navegamos por el lago Gatún a la par de los grandes cargueros que recorren el Canal de Panamá y en poco más de 40 minutos llegamos a la isla de Barro Colorado.
La primera imagen de Barro Colorado es la del exuberante bosque tropical que cubre por completo la isla. La lancha enfila hacia el muelle, que surge de entre un pequeño grupo de edificios de llamativos tejados rojos. Es la estación de investigación del STRI. Tras desembarcar, Chelina nos invita a una rápida visita por las instalaciones, que culmina con una presentación de fotografías sobre la isla y la propia estación. STRI son las siglas en inglés del “Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales” y en Barro Colorado cuenta con una de las estaciones de investigación tropical más antiguas del mundo, que en 2023 celebra el centenario de su inauguración. Cada año, más de 400 científicos visitan este laboratorio viviente para estudiar la ecología de la flora y fauna de los bosques tropicales. Y regularmente abren sus instalaciones para mostrar sus descubrimientos a pequeños grupos de turistas. ¡Para mostrarnos los secretos de la selva!
La isla de Barro Colorado alberga en sus 15 kilómetros cuadrados de extensión más especies de árboles de las que existen en todo Europa. Los bosques tropicales, junto a los arrecifes coralinos, son los ecosistemas con mayor biodiversidad de la Tierra. Sin embargo, esta asombrosa diversidad de los trópicos y sus complejas interacciones biológicas continúa siendo una gran desconocida para la ciencia ya que las principales instituciones científicas tienen su base en las regiones templadas. El STRI es una excepción que centra sus estudios en los trópicos.
La principal actividad de la visita es el tour guiado por los senderos que discurren por el bosque tropical de Barro Colorado. Enseguida podemos disfrutar de la biodiversidad de la selva al sorprender al tucán pico iris, a la pava crestada, al basilisco o al mono carablanca.
En Barro Colorado se estudia la biodiversidad del bosque tropical desde sus formas de vida más pequeñas, como los hongos y las bacterias, hasta los gigantes del bosque. Las interacciones biológicas entre tan variados grupos de especies resultan en muchos casos sorprendentes.
Un caso paradigmático es el de las hormigas cortadoras de hojas. Cualquiera que hayamos caminado por un bosque tropical nos habremos tropezado con las famosas hileras de pequeñas hormigas que transportan sin salirse de la fila grandes trozos de hojas. Algunos investigadores del STRI han centrado sus estudios en el comportamiento de estos famosos insectos. Las hormigas transportan las hojas verdes hasta su nido, donde servirán de alimento a determinadas especies de hongo que cultivan bajo tierra. Se trata de auténticas hormigas agricultoras y los hongos que cultivan son la única fuente de alimento de sus crías. La actividad de las hormigas es todavía más compleja, ya que tienen implementado un estricto sistema sanitario para evitar la contaminación de sus cultivos por hongos y bacterias perjudiciales. Y se ha descubierto que llegan a cultivar determinadas bacterias que emplean como antibiótico para evitar la aparición de patógenos.
En el STRI también investigan a las hormigas aztecas, que desarrollan relaciones de mutualismo con los árboles en los que cuelgan sus grandes nidos. Los árboles les brindan refugio y alimento y las hormigas les protegen contra los herbívoros y les curan las pequeñas heridas que puedan sufrir en su tronco. Además, los excrementos de las hormigas aztecas se convierten en un importante fertilizante para el suelo de los bosques tropicales.
Algunas de las investigaciones más importantes desarrolladas en el STRI se refieren al papel de las bacterias y los hongos en los bosques tropicales y a sus relaciones con los grandes árboles con los que interaccionan. Son los casos de las micorrizas y los hongos endófitos. El papel de los suelos tropicales y los ciclos de los nutrientes, del agua o del carbono son otras investigaciones relevantes para llegar a comprender más profundamente la ecología de los bosques tropicales.
Pero si algo llama la atención a los que visitamos un bosque tropical es la exuberancia de la vegetación y en particular los grandes árboles que alcanzan el dosel. Mientras caminamos por los senderos de Barro Colorado, Chelina nos presenta a algunos de los gigantes del bosque. La Ceiba (Ceiba pentandra) es un habitual de los bosques tropicales americanos. El Ceibo Barrigón (Pseudobombax septenatum) es otro árbol de gran porte y hoja caduca. El Tronador (Hura crepitans) debe su nombre a la explosión que provocan sus frutos para dispersar las semillas; frutos muy apetitosos para los guacamayos. El Árbol Cuadrado (Quararibea asterolepis) presenta un tronco con formas angulosas. Chelina nos muestra varios árboles más, como el Jobo (Spondias mombin), el membrillo (Gustavia superba) o el Árbol Reseco (Tachigali versicolor), que muere tras florecer una sola vez, por lo que también se le llama Árbol Suicida. El Matapalo (Ficus sp.), por su parte, crece sobre otros árboles a los que acaba matando o “estrangulando” en su desarrollo.
En 1980, los investigadores del STRI establecieron una parcela de inventario en mitad del bosque tropical de Barro Colorado. La particularidad de esa parcela es que tenía un tamaño de 50 hectáreas; que en su interior se identificaron, etiquetaron y midieron más de 200.000 árboles, todos los que tenían más de 1 cm de diámetro; y que desde entonces esa parcela se ha vuelto a inventariar cada cinco años. Desde hace más de 40 años, en Barro Colorado se están generando datos del crecimiento y la supervivencia de más de 450.000 árboles, contribuyendo a mejorar el conocimiento de la dinámica forestal de los bosques tropicales.
Cuando nos imaginamos una selva nos vienen a la cabeza imágenes de una vegetación exuberante que satura el paisaje de verdes, con enormes árboles de gruesos troncos y numerosas lianas que cuelgan de las copas. Las lianas son plantas trepadoras, que se han definido como “los puentes del bosque tropical”. En nuestro paseo por los senderos de Barro Colorado descubrimos algunas especies como Monstera sp. o la Uña de Gato (Uncaria tomentosa), que presenta espinas con las que se apoya sobre otras plantas. Precisamente, la abundancia de lianas se ha investigado durante 10 años en la parcela de inventario de Barro Colorado. Tras analizar más de 117.000 tallos de liana, se comprobó que la densidad de lianas había aumentado casi un tercio en esos 10 años. La proliferación de lianas está asociada a la apertura de claros naturales en el dosel y posiblemente a los efectos del cambio climático. Pese a sus efectos positivos sobre muchas especies de animales, parece que la sobreabundancia de lianas podría inhibir la regeneración y el crecimientos de los árboles, alterando la composición del bosque de Barro Colorado.
Aunque la parcela de medición del STRI se planteó en un principio para estudiar la dinámica forestal de los bosques tropicales, pronto se amplió su campo de acción al conjunto de la biodiversidad tropical y sus interacciones. Como ejemplo, un estudio relaciona una disminución en el número de monos aulladores en Barro Colorado con el hecho de que a medida que el bosque secundario de la isla se vuelve más maduro, disminuye el número de ciertas especies de Higueras (Ficus sp.), una de las principales fuentes de alimento de los monos.
Los grandes árboles que sobresalen por encima del dosel son los verdaderos monumentos vivientes de Barro Colorado. Empequeñezco cuando poso para las fotos junto a un gran Cuipo (Cavanillesia platanifolia) o bajo un Árbol Panamá (Sterculia apetala). Por desgracia, estos gigantes del bosque tropical podrían estar muy expuestos a los efectos del cambio climático: sequías más frecuentes y severas, fuertes vientos y rayos. Una videocámara sobre una torre que antes se usaba para radioseguimiento analiza el papel de los rayos en la muerte de los árboles más grandes de Barro Colorado. Parece ser que los rayos son una perturbación importante que influye en la dinámica y estructura de los bosques tropicales, con lo que a mayor número de rayos, menor número de grandes árboles por hectárea. Los investigadores de Barro Colorado intentan responder a una preocupante pregunta: ¿Cómo responderán los árboles tropicales más grandes al cambio climático?
Los excelentes resultados de los estudios desarrollados en la parcela de medición de Barro Colorado fueron el origen de ForestGEO, una red de parcelas de inventario distribuidas por bosques de todo el mundo. ForestGEO abarca ya 76 parcelas en 29 países, que utilizan los mismos parámetros de medición. Así, los investigadores pueden comparar los datos de diversos tipos de bosques. Uno de sus últimas aplicaciones es la iniciativa GEO-TREES, que pretende estandarizar las mediciones de carbono forestal a partir de datos satelitales, validados sobre el terreno con los datos de la red ForestGEO. Y todo empezó en una parcela de bosque de Barro Colorado.
En esta corta excursión a Barro Colorado hemos caminado por los senderos que atraviesan el bosque tropical y hemos visitado algunas de las instalaciones que utilizan los científicos del STRI. Pero sobre todo, hemos tenido la oportunidad de conocer de primera mano, de la mano de Chelina, el trabajo de los investigadores del bosque tropical.
Al promover el ecoturismo en Barro Colorado, el STRI consigue divulgar la ciencia que produce, ofrecer educación científica informal de alta calidad y promover la conservación de la biodiversidad. El número de visitantes diarios que se admiten en la isla es muy limitado, como forma de minimizar los efectos adversos del turismo sobre sus bosques tropicales y de maximizar la interrelación entre los turistas y los investigadores del STRI. Unos investigadores que con su trabajo posibilitan que a Barro Colorado se le denomine «el bosque tropical más estudiado del mundo».
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