El bosque martiano del Ariguanabo.
Antes de tomar el vuelo de vuelta a casa, paso con la bici por delante del aeropuerto sin detenerme. El motivo es que a pocos kilómetros está San Antonio de los Baños y en la carretera de San Antonio a Alquiza, ¡el Bosque Martiano del Ariguanabo!
En lo que anteriormente dicen que fue un vertedero, Rafael Rodríguez “Felo” decidió en 1991 crear un bosque. Pero no un bosque cualquiera. Tenía que reunir todas las especies de árboles y arbustos que Martí menciona en su Diario de Campaña de Cabo Haitiano a Dos Ríos. Nació así el Bosque Martiano del Ariguanabo, un homenaje a Martí y a la naturaleza cubana.
Ya en el avión, rememoro estas semanas en las que he recorrido Cuba en bici. Una tierra de la que, entre todos sus símbolos y contradicciones, me quedo con una frase de Martí escrita en una piedra con forma de corazón en el Bosque Martiano del Ariguanabo: “Quien dice educar, ya dice querer”.
¿No has encontrado lo que buscabas?
Prueba con otras palabras