Los senderos del Manaslu
Damos los primeros pasos del trekking del Manaslu con entusiasmo e ilusión. Somos once “mendizales” a los que nos acompañan dos guías y cinco porteadores. Cada uno venimos con distintas aspiraciones: entrar en sintonía con estas montañas fascinantes; crear o estrechar vínculos; observar nuestra vida desde otra perspectiva; o desconectar de los problemas cotidianos y disfrutar con calma en plan Zen.
Iniciamos el camino en Arughat, a menos de 600 metros de altitud. Desde aquí iremos ascendiendo paulatinamente hasta los 5.160 metros del paso del Larke La, para descender nuevamente por la vertiente opuesta del Manaslu hacia las montañas del Annapurna.
Las primeras jornadas son un paseo sencillo por una pista de tierra entre terrazas de arroz. Es un terreno intensamente deforestado, con bosquetes de Sal tree y otras especies que no conozco en las laderas más empinadas. Aprovechamos estas etapas para la puesta a punto: de nuestros pies a las botas y al terreno; de nuestras piernas a los incontables escalones que nos esperan; de nuestros ojos al inmenso paisaje que surge poco a poco; de nosotros mismos a las emociones que nos aguardan en un viaje que anhelamos sea algo más que un viaje.
A medida que ascendemos, los amplios valles aterrazados con cultivos de arroz, mijo y sorgo van dando paso a valles cada vez más angostos y más boscosos. Las masas monoespecíficas de Sal tree se van sustituyendo paulatinamente por un bosque mixto intensamente deforestado en el que apenas somos capaces de distinguir algunos ejemplares de Simal tree (Salmalia malabaricum), que hasta marzo no lucirá sus espectaculares flores rojas y de Alisos (Alnus nepalensis), que prefiere los terrenos húmedos de las riberas y tiene un rol relevante en la restauración de corrimientos de tierra, tan habituales en estas laderas. Además, junto a los caminos y cultivos distinguimos otras especies introducidas, como los Lichis (Litchi chinensis) y las decorativas Flores de Pascua (Euphorbia pulcherrima).
A partir de Jagat, empiezan a aparecer las primeras coníferas. El Pino azul (Pinus wallichiana) es una especie de media montaña, a diferencia de Pinus roxburhgii, el otro pino nativo de Nepal y que ocupa localidades más bajas. El Pino azul se distingue por sus acículas largas y en grupos de cinco y por sus piñas grandes y colgantes. En nuestro camino conforma masas muy abiertas sobre laderas empinadas, aportando una belleza singular al paisaje.
En muchos tramos el pinar es sustituido por un bosque mixto de frondosas, en el que domina Khasru Oak (Quercus semicarpifolia) y otras especies de roble. Estos bosques mixtos son el hábitat preferido del oso negro del Himalaya, que cuenta con una pequeña población en el área del Manaslu.
Por encima del bosque mixto, a la altura de Namrung, vuelven a aparecer las coníferas. Primero se deja ver la Picea (Picea smithiana), para pronto dar paso a la espectacular Tsuga o Hemlock (Tsuga dumosa), que en zonas con suficiente humedad forma bosques densos con un subpiso de Rododendros y Arces (Acer spp.), con los particulares tonos amarillos otoñales de sus hojas.
Más arriba, según nos acercamos a la cota de los 3.000 metros, estos bosques van siendo sustituidos por los de Alerce (Larix griffithiana). El Alerce es la única conífera que se desprende de sus hojas en invierno. Nosotros tenemos la suerte de sorprenderlo en su momento de máximo esplendor y belleza, cuando las acículas se tornan amarillas como las de los arces.
Pugnando con el Alerce para ver quien asciende más está el Abedul del Himalaya (Betula utilis), que llega hasta los 4.500 metros de altitud. Su nombre científico “utilis” deja entrever la variedad de utilidades que se le ha dado al abedul. Destaca el antiguo uso de su corteza como papel para escribir largos textos en sanscrito. En la actualidad parece que todavía se emplea para escribir mantras sagrados, que se introducen en un amuleto colgado del cuello.
Samagaon es la última población de importancia del trekking antes de iniciar la subida hacia el paso de Larke La. Aunque está situada ya a casi 3.600 metros, en Samagaon todavía podemos descubrir bosquetes de un nuevo árbol. El Enebro del Himalaya (Juniperus recurva) crece hasta los 4.000 metros de altitud y su leña y hojas, muy similares a las de nuestras sabinas, se emplean como incienso. Sus troncos aparecen intensamente podados y montones de ramas apiladas se secan a la entrada de las viviendas. El Enebro quizás sea el árbol que mejor representa el vínculo entre las gentes del Himalaya y las montañas que constituyen su hogar.
♫♫ Yes there are two paths you can go by
but in the long run
There´s still time to change
the road you´re on
And it makes me wonder… ♫♫
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