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El mejor lugar de la selva (2 de 6)

La comunidad Cofán de Sinangüé: los guardianes de la selva.

Los A´i o Cofanes habitaron ancestralmente los amplios territorios fluviales de la Amazonía occidental que actualmente comprende la zona fronteriza de Colombia y Ecuador, entre las cuencas de los ríos Aguarico, Guanúes y San Miguel, incluyendo el área que ocupa actualmente Lago Agrio.

“Antiguamente los cofanes vivíamos en las orillas del río Aguarico desde su cabecera hasta Lagarto Cocha. El río San Miguel también era de nosotros. En ese tiempo los cofanes no nos preocupábamos por la cacería y por la pesca porque teníamos lo suficiente. En esa época los Cofanes (…) teníamos el aire puro, el agua pura, el silbido de los vientos era nuestro contacto con las personas y el canto de los diversos pájaros que nos acompañaban daban alegría a nuestro pueblo” (El mejor lugar de la selva. Propuesta para la recuperación del territorio Cofán. Ed. Abya Yala)

Cofán de la comunidad de Zábalo

En su extenso territorio tradicional, los Cofanes llevaban una vida semi-nómada, basada en la recolección de alimentos, caza y pesca y complementada por la agricultura itinerante. Sin embargo, esa “idílica” existencia desde muy antiguo se vio alterada por permanentes conflictos interétnicos debidos a disputas territoriales. Tras la colonización española, la llegada de los hombres blancos empezó a representar una nueva amenaza para la supervivencia de los Cofanes en su territorio. A los conquistadores siguieron los jesuitas, que entre los S XVII y XVIII fundaron varias misiones a lo largo del Putumayo. Tras la expulsión de los jesuitas del país, a finales del siglo XIX los misioneros capuchinos llegaron hasta la cuenca media del río Aguarico. En la misma época empezaron a aparecer comerciantes en busca de quina y poco después de caucho. En todo caso, el impacto de los caucheros debió ser muy inferior al que ocasionaron en áreas más explotadas de Perú y Brasil. Pero los grandes cambios en el modo de vida de los Cofanes no llegaron hasta mediados del S XX, con la aparición de los misioneros evangélicos de Instituto Lingüístico de Verano (ILV) a los que siguió la actividad petrolera, que persiste hasta hoy.

El Oleoducto Transecuatoriano
El Oleoducto Transecuatoriano

En la actualidad, los Cofanes son considerados un grupo étnico minoritario conformado por unas 1.200 personas en todo el país y se han visto obligados a replegarse, tanto desde un punto de visto territorial como cultural, a un área restringida. En Ecuador, el territorio de los Cofanes abarca 360.000 hectáreas aproximadamente, pero se trata de espacios atomizados y fragmentados en los que se asientan las seis principales comunidades Cofán: Sinangüé en el interior de la Reserva  Ecológica Cayambe-Coca; Chandia Na´en y Tayosu Conqque en la Reserva Ecológica Cofán Bermejo; Zabalo en la Reserva Faunística de Cuyabeno; Duvuno y Dureno.

“Según la tradición oral, los cofanes que actualmente se encuentran en tierras ecuatorianas proceden del poblado de Santana, lugar que se dividió en dos, después de la muerte del jefe y ante las discrepancias entre los hermanos Gregorio y Guillermo Quenamá. Un grupo se dirigió hacia arriba y formó Dovuno; el otro hacia abajo y formó Dureno. En este mismo tiempo existía el grupo cofán Sinangue, que se mantuvo fuera del alcance de la misión capuchina de Colombia” (Ethnos. Atlas Etnográfico del Ecuador. Alba Moya)

Mapa de las comunidades Cofanes de Ecuador
Mapa de las comunidades Cofanes de Ecuador

Desde Lago Agrio, la llamada “capital petrolera de Ecuador”, se puede acceder en poco tiempo a la mayoría de las comunidades Cofán de Ecuador. Nuestro primer destino es Sinangüé, donde tendremos un primer y rápido contacto con su modo de vida. Para llegar a Sinangüé desde Lago Agrio, hay que conducir aguas arriba del río Aguarico hasta la Reserva Ecológica y Parque Nacional  Cayambe-Coca. En poco más de una hora pasamos de caminar por las calles de una fea urbe petrolera a internarnos en la exuberante selva de los Cofanes.

Junto al río Aguarico en Sinangüé
Junto al río Aguarico en Sinangüé
Caminando por el territorio Cofán de Sinangüé
Caminando por el territorio Cofán de Sinangüé

Sinangüé tiene algo más de 250 habitantes. La comunidad está conformada por casas de madera elevadas sobre pilotes y con techo de cinc, que se distribuyen de forma dispersa. Entre las viviendas  se cultivan pequeñas parcelas de yuca y plátano junto a árboles frutales y maderables. No puede faltar el campo de futbol y ecuavoley y acaban de construir unas grandes piscinas para la cría de tilapias.

Cuando visité Sinangüé en 2010, en el último de mis tres viajes al territorio Cofán, el único acceso a la comunidad era cruzando el río en canoa. A este río los españoles lo llamaron Aguarico, por sus aguas ricas en oro. La minería de oro, tanto legal como ilegal, se ha convertido en la principal amenaza para Sinangüé ya que provoca una gran afección a los lechos de los ríos y contamina con mercurio los terrenos aguas abajo. La caza y pesca furtiva y la presencia de madereros ilegales son otras de las amenazas a las que se enfrentan.

Viviendas en la comunidad Cofán de Sinangüé
Viviendas en la comunidad Cofán de Sinangüé
El río Aguarico
El río Aguarico

En nuestra visita a Sinangüé los Cofanes nos muestran orgullosos las diversas iniciativas que han implementado para conservar sus selvas. A pesar de que la totalidad del territorio de Sinangüé se ubica en el interior del Parque Nacional Cayambe-Coca, esta figura no le aporta una protección efectiva a sus recursos naturales. Más al contrario, aunque los Cofanes de Sinangüé llevan décadas luchando por la titulación de las 63.775 ha de su tierra ancestral, con la declaración del Parque Nacional la ley prohíbe poseer títulos de propiedad en su interior y los Cofanes se han visto obligados a renovar acuerdos temporales de uso y manejo sobre una pequeña parte de su territorio.

Al disponernos a cruzar en canoa el río Aguarico para llegar a Sinangüé descubrimos una de estas iniciativas de conservación. La canoa, concienzudamente trabajada a partir de un único tronco de árbol de Chuncho  (Cedrelinga  cateniformis) u otras maderas valiosas, ha sido tradicionalmente el transporte de los pueblos indígenas de la Amazonía. Sin embargo, para construir cada una de estas canoas, hay que cortar un árbol de más de doscientos años.  Por ello, los Cofanes han buscado una versión ecológica de la canoa tradicional que incorpore la calidad del diseño de la antigua técnica sin la destrucción de árboles centenarios: las “ecocanoas” de fibra de vidrio.

Guardaparques Cofán en su "ecocanoa" en Sinangüé
Guardaparques Cofán en su «ecocanoa» en Sinangüé

Otra de las iniciativas que tuvimos la oportunidad de conocer en 2010 es el programa de “guardaparques” Cofanes. El programa se inició en 2003 y ha facilitado que unos sesenta guardaparques Cofanes controlen y vigilen su territorio, luchando contra la minería ilegal, la tala, la caza, la pesca y otras actividades que amenazan las selvas que habitan. Por desgracia, en 2014 se puso fin al programa de guardaparques por falta de financiación.

En 2018, la comunidad de Sinangüé consiguió una importante victoria en su lucha por la conservación de su territorio al conseguir que el Estado ecuatoriano anulara 52 concesiones mineras que había otorgado en la cabecera del río Aguarico. Esta sentencia generó jurisprudencia y el Tribunal Supremo de Ecuador acabó dictaminando la necesidad del “consentimiento libre, previo e informado” de las comunidades indígenas que pudieran verse afectadas por actividades extractivas.

Guardaparques Cofán en la comunidad de Dureno
Guardaparques Cofán en la comunidad de Dureno

A pesar de ello, la minería de oro sigue representando una amenaza real para Sinangüé. Continuando con su lucha, los Cofanes han vuelto a constituir una guarda indígena Cofán para defender su territorio contra los invasores. Fruto de este trabajo es el reconocimiento en 2022 de dos jóvenes Cofanes de Sinangüé con el premio Goldman, el conocido como Nobel Ambiental. Tras conocer en Sinangüé a los “guardianes de la selva”, nos volvemos a subir en una “ecocanoa” para poner rumbo a la siguiente comunidad Cofán de nuestro viaje: Duvuno.

Cruzando el río Aguarico en "ecocanoa"
Cruzando el río Aguarico en «ecocanoa»

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