Una isla y dos montañas.
Alcanzamos el final de nuestro camino y llegamos de nuevo al mar. Como describían los certificados de las concesiones de tierras a los primeros colonos de la isla, hemos ascendido del batir de las olas a la cima de las montañas “du battant des lames au sommet des montagnes” y vuelto a descender de nuevo hasta las olas por el lado opuesto de la isla.
Al poco de regresar de La Reunión, se produce una nueva erupción en el Piton de la Fournaise. Didier no tarda en mandarnos unas impactantes fotos de la lava fluyendo en pleno Enclos. Impresiona pensar que hemos pisado ese mismo terreno hace menos de tres meses.
Quiero imaginarme que el nombre de La Reunión homenajea también a la reunión del fuego, el aire, la tierra y el agua. Y a la reunión de las dos montañas que engendraron esta isla espectacular. Montañas que hemos tenido la suerte de recorrer, de ascender…. y de escuchar.
Escuchando a las montañas (7 de 8)
El Piton de La Fournaise. Escuchando al fuego (2).
Emprendemos el último tramo de nuestro recorrido. Un pronunciado descenso nos lleva desde el borde superior del Piton de La Fournaise hasta el mar. Por el camino, podemos comprobar que el gradiente temporal de colonización del volcán por la vegetación se reproduce en el gradiente altitudinal. La vegetación pionera de las zonas altas se va transformando a medida que descendemos, hasta dar lugar al excepcional bosque de Maderas de Color de los Bajos o “Bois de Couleur des Bas” de Basse Vallée.
Los bosques húmedos de baja altitud de La Reunión han sido sistemáticamente destruidos desde los primeros tiempos de la colonización y actualmente la mayor parte de su área potencial está ocupada por cultivos. No obstante, sobreviven algunas pequeñas reliquias como los bosques de Mare Longue y de Basse Vallée. Estos bosques tremendamente ricos en endemismos son uno de los más amenazados a escala mundial, por lo que precisan de una protección particular.
Escuchando a las montañas (6 de 8)
El Piton de La Fournaise. Escuchando al fuego (1).
El Piton de la Fournaise es uno de los volcanes más activos del mundo. Las dos últimas erupciones tuvieron lugar varios meses antes de nuestra visita. Aunque los múltiples sensores que lo monitorizan empiezan a mostrar indicios de una próxima actividad, ante nuestra expectante mirada el volcán se muestra relajado. Nos vamos haciendo a la idea de que la vista desde el Piton Chisny del sol surgiendo tras el volcán es lo más parecido a una erupción que vamos a poder contemplar.
Nuestro guía Didier nos desentraña las entrañas del Piton de la Fournaise. Nos habla de erupciones, de coladas, de bombas volcánicas, de tubos de lava… Didier ha aprendido a escuchar al volcán, a escuchar al fuego y desde sus entrañas nos intenta transmitir el poder de las entrañas de fuego del volcán.
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