Progreso:

La taiga de los Chorses (3 de 3)

El futuro de los Chorses de la taiga

Cabina telefónica en Ust-Ansas

Sorprende comprobar cómo, a pesar del aislamiento histórico en el que han vivido los poblados de las montañas de Choria, Ust-Ansas cuenta con unas serie de servicios, en su mayor parte  implantados durante el régimen comunista. Que el viejo generador sigue ofreciendo electricidad varias horas al día, que el helicóptero continúa aterrizando semanalmente, que en la oficina de correos ya no es necesario el telégrafo al haberse instalado una cabina de teléfono por satélite y que la biblioteca ha mejorado su ubicación y ocupa el espacio de la vieja escuela.

Pero también sorprende comprobar que la calidad de muchos de estos servicios esenciales está siendo recortada por el Gobierno. El edificio de la Administración ya solo abre en ocasiones especiales y el dispensario médico se quedó  sin servicio desde que se jubiló su enfermera Galina, la esposa rusa del antiguo administrador. Como consecuencia, los Chorses se tienen que desplazar cada vez más a menudo a Testagol para cualquier trámite administrativo o consulta médica. Así, se favorece el despoblamiento y que muchas familias decidan trasladarse a vivir a la ciudad.

Generador de electricidad en Ust-Ansas

Más grave si cabe es el cierre de la escuela de primaria. Como consecuencia, los niños desde los siete años  tienen que pasar todo el año escolar en el internado de Testagol, retornando a sus poblados solamente en vacaciones. En Testagol se ven inmersos en una cultura “rusa” muy diferente de sus tradiciones chorses, de las que poco a poco se van alejando.

Estos tiempos de globalización ya son de por sí una amenaza para el mantenimiento de las culturas minoritarias tradicionales. Si las políticas locales fomentan esta tendencia de asimilación y uniformización, están poniendo en peligro la propia identidad de pueblos indígenas siberianos como los Chorses.

Antigua escuela de primaria en Ust-Ansas

Con la mejora de las comunicaciones también hay algunos servicios que se han reforzado en Ust-Ansas. La tienda de consumibles, “magasín” en ruso, ha visto surgir competencia y ahora hay dos tiendas, una junto a la otra. Por desgracia, entre los escasos artículos disponibles, no suele faltar la cerveza y el wodka.

Paseando por el poblado hemos visto a algunos hombres y mujeres salir de sus casas a saludarnos con síntomas de embriaguez. Pero es en el “magasín” donde muchos hombres se concentran a beber al acabar el día.

Nos comenta Carmen que el alcoholismo alcanza al 80 % de la población y que es la amenaza más grande con el que se enfrentan los Chorses. Es el germen de peleas, suicidios y ocasiona graves conflictos familiares. Conlleva incluso que las autoridades retiren la custodia de los niños a las parejas con problemas serios. Hemos podido conocer el orfanato de Testagol y comprobar que muchos de los niños internos son chorses, ya huérfanos, ya procedentes de familias desestructuradas.

Interior de una tienda en Ust-Ansas

Jacek Hugo-Bader, el escritor polaco al que la chamana yakutia Dora aconsejó que “escribiera sencillo y no mucho, porque entendía bien poco”, tituló uno de sus libros “El delirio blanco”. En una conversación con Lubov Passar, una chamana especialista en alcoholismo, ésta le explica qué es el delirio blanco:

Técnicamente se llama delirium tremens, una de las psicosis alcohólicas más frecuentes. Aparece dos o tres días después de interrumpir la parranda alcohólica. Primero llega el insomnio, luego la ansiedad y después las alucinaciones. A veces visuales, a veces auditivas. Ven personajes raros que no paran de moverse, criaturas y animales. Oyen voces que los insultan, los amenazan, les dicen de todo, los acusan o los obligan a hacer cosas, como por ejemplo suicidarse o coger un hacha y cortarse una mano”.

La chamana le explica también los motivos por los que los pueblos indígenas siberianos, como los de otras partes del mundo, tengan tantos problemas de alcoholismo:

Lo hacen porque viven en un estado de estrés constante, crónico. (…) Estamos en nuestra tierra, pero es como si no fuese nuestra. Es una situación horrible. Nos gustaría liberarnos, protestar, revelarnos, alzar nuestros puños, pero no sabemos por qué causa luchar exactamente. (…) Por eso toda esta historia de que las naciones beban y beban hasta morir no es una cuestión médica, genética o biológica, sino sociológica. Es una enfermedad social. La culpa es de la situación en la que se encuentran los indígenas, ellos no son los responsables”.

Carmen Arnau Muro nos transmite una preocupación y un razonamiento muy parecidos. En su libro “Los chorses, un pueblo de la taiga siberiana” se pregunta si ¿es el alcoholismo el inconsciente suicidio colectivo de los pueblos indígenas?. Rescata también diversas conversaciones que ha mantenido con Chorses: “El wodka está destrozando a nuestros jóvenes, solo piensan en beber, tanto ellos como ellas”. “A mi hijo lo mataron cuando estaba bebido y quien lo mató también estaba bebido”. “Yo creo que beben porque necesitan evadirse de su situación, no les gusta su realidad y no ven que el futuro vaya a ser mejor”.

Carmen relata una anécdota esclarecedora del estado de los poblados chorses: “En la expedición de verano del año 2000, fui a visitar a una familia amiga chorse que viven en un poblado alejado. Estuvimos comiendo y bebiendo y como saben que me interesa el folklore estuvieron cantando, tocando la balalaica y el acordeón y cantaron en ruso y en chorse. A una de las ancianas se le caían algunas lágrimas, le pregunté por qué lloraba y me dijo que lloraba por su pueblo, que había olvidado las cosas antiguas. Es una de las pocas veces que claramente he visto asumir conscientemente esta irreversible decadencia”. Esperemos que las nuevas generaciones sepan revertir tan complicada realidad.

Posando con dos niños en Ust-Ansas

Nuestra estancia en los poblados chorses a orillas del río Manras va llegando a su fin. Pero todavía nos queda alguna sorpresa por descubrir. Un día nos cruzamos en el río con un grupo de zodiaks que navegan sin mucha destreza. La última embarcación está ocupada solo por una mujer, que rema resuelta. Al llegar a nuestra orilla se saluda efusivamente con Carmen.

Resultan ser miembros del grupo folklórico de Testagol. Llevan una semana descendiendo el río Manras hasta Ust-Ansas. Allí tienen previsto ofrecer una actuación antes de retornar en el helicóptero a Testagol.

Recital folclórico en Ust_Ansas

La función es el domingo a la tarde a la puerta de la biblioteca, al aire libre. A pesar de que llueve de forma insistente, nos juntamos un pequeño grupo de espectadores para disfrutar del recital. En unos poblados en los que se celebran tan pocos eventos, esperaba más público. Estamos nosotros, el administrador y su mujer, varios niños y adolescentes y algún adulto.pesar de que llueve de forma insistente, nos juntamos un pequeño grupo de espectadores para disfrutar del recital. En unos poblados en los que se celebran tan pocos eventos, esperaba más público. Estamos nosotros, el administrador y su mujer, varios niños y adolescentes y algún adulto.

Cantan canciones tradicionales tanto en ruso como en chorse, acompañadas de un acordeón o de música grabada. Todas las cantantes son mujeres, incluso un par de niñas. Los hombres participan al acordeón, recitando poesías o con un juego de preguntas sobre cultura chorse.

Una mujer en particular, que aparece sola sobre el escenario, me resulta entrañable. Sabe interpretar canciones guturales a dos voces, pero el descenso por el río le ha afectado la garganta y no podemos deleitarnos escuchándola. A cambio, nos ofrece una sesión con un arpa de boca, un diminuto instrumento musical ruso. Acaba su actuación contando una historia con cuatro cintas de colores: el rojo es el fuego, el calor y el amor; el azul, el cielo y el infinito; el verde es la taiga; el blanco, el mundo espiritual. El folklore de un pueblo está ligado a sus creencias, su espiritualidad, su cosmovisión.

Cantante con un arpa de boca

Los grupos folklóricos chorses han surgido en la ciudad con el objeto de recuperar y hacer perdurar el conjunto de manifestaciones culturales y folklóricas de su pueblo. En lo que Carmen Arnau Muro define como un movimiento neochamanístico, suelen incluir en sus festivales la actuación de un chamán, engalanado con sus objetos rituales tradicionales y con el  sonido hipnótico de su tambor.

Posando con el grupo folclórico en Ust_Ansas

Llega el día de nuestra despedida y llueve sin cesar. Me resulta una lluvia reconfortante y disfruto mojándome. El agua es el elemento que mejor define esta tierra. Conecta al río, a la taiga y a su gente. Conexión. Hemos convivido, aunque solo sea por unos días, con un pueblo que se resiste a perder su vínculo ancestral con la naturaleza. Para los que perdimos esa conexión hace ya mucho tiempo resulta reconfortante. Como la lluvia que nos despide de Ust-Ansas.

Viendo llover desde nuestra cabaña en Ust-Ansas
Foto de grupo en Suetá

Regresamos a Testagol en la misma furgoneta en la que vinimos. De camino, visitamos brevemente un último asentamiento chorse. Suetá nos recibe con la ya esperada hospitalidad y comprobamos los también esperados efectos del alcohol entre sus habitantes. Se nota que Suetá está ya cerca de la carretera, por la presencia de varios coches y de Chorses de la ciudad de visita de fin de semana.

Un poco más adelante nos detenemos en Sheregesh, un antiguo pueblo minero reconvertido en un importante centro de esquí a los pies de Mustag, la montaña sagrada de los Chorses. En el viaje de ida había observado la montaña a través de la ventanilla de la furgoneta. A la vuelta quería detenerme a contemplarla, admirarla y fotografiarla. Pero como nos recuerda a menudo Carmen, en la taiga hay que agarrar los planes en cuanto surge la oportunidad, ya que las circunstancias cambian constantemente y puede que no se repita la ocasión. Mustag, la montaña sagrada, la montaña temible y traicionera, no se deja ver y se oculta tras negros nubarrones.

Negros nubarrones como los que se ciernen de nuevo sobre el pueblo chorse. Ojalá que Ulguen, el espíritu de la taiga, sepa protegerlos, pues los Chorses son parte de la taiga. Pero presiento que Robert, Vitale, Fiodor, Víctor y muchos otros y otras chorses de la taiga que luchan por mantener su forma de vida tradicional precisan de la energía de otras personas que los protejan; la de los grupos folklóricos, la de investigadores y la de muchos otros y otras chorses de la ciudad que pelean por mantener vivo su patrimonio cultural tradicional; la de Carmen, que los estudia y acompaña con pasión. Personas comprometidas que anhelan que la palabra “Siberia” continúe evocando a calor, color, música y hogar, el de los pueblos originarios siberianos. El de los Chorses de la taiga.

Tocando el acordeón en Ust-Ansas
Carmen Arnau Muro en la biblioteca de Ust-Ansas
Roger y Vitale en su canoa

Bibliografía consultada en este relato forestal:

Arnau Muro, C.; 2003. Los chorses. Un pueblo de la taiga siberiana.

Arnau Muro, C.; 2004. Chamanismo entre los chorses de Siberia.

Arnau Muro, C.; 2020. Mi Siberia particular.

Hugo-Bader, J.; 2018. Diarios de Kolima. En autostop por la Rusia extrema. Ed. La Caja Books

Hugo-Bader, J.; 2016. El delirio blanco. Ed. Dioptrías

Arbachakov, A.N. 2009. Harvesting of siberian pine nuts in mountain Shoria: traditions and nowadays. Archaeology, Ethnology and Anthropology of Eurasia. Volume 37, Issue 2, June 2009, Pages 110-118.

www.carmenarnaumuro.com

www.fundacioncarmenarnaumuro.org

www.etnomuseosiberia.org

https://www.fern.org/es/publications-insight/slow-death-in-siberia-100/

tili.tadarlar.ru/

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