Un relato forestal viajero por Suecia en 2021
Estamos a finales de agosto de 2021 y acabo de arrancar un viaje de dos meses en mi furgoneta con un destino principal marcado en el mapa: Cabo Norte. Tengo previsto hacer el camino de ida hacia Cabo Norte por las rápidas y rectas carreteras suecas y el de vuelta por las lentas y tortuosas carreteras noruegas.
Pretendo recorrer en unas dos semanas los casi 2.000 kilómetros de distancia que hay entre Malmö, mi punto de entrada por el sur de Suecia, y Kiruna, en su extremo norte. Salí de Vitoria hace cuatro días y ya echo de menos las montañas. Al llegar a Suecia me he dado cuenta de que este país es tan llano como la mayor parte del relieve que llevo atravesando desde que salí de casa. Tendré que desplazarme a su parte occidental para disfrutar de las montañas de los magníficos Alpes escandinavos.
La vegetación de Suecia, en cambio, se diferencia notablemente de la que llevo varios días observando por la ventanilla mientras atravieso las zonas bajas de Francia, Bélgica, Alemania y Dinamarca. Excepto en su extremo meridional que tiene un carácter más agrícola, las carreteras suecas discurren a través de bosques, bosques y bosques. Voy a conducir durante horas por el interior de Suecia con la única compañía de pinos (Pinus sylvestris), abetos rojos (Picea abies) y abedules (Betula sp.). Bosques, bosques y bosques en los que, sin duda, voy a poder comprobar qué significa eso del “modelo forestal sueco”.

Además de bosques, en Suecia también hay lagos, lagos y lagos. Aunque no tan numerosos como en la vecina Finlandia, se estima que en Suecia hay alrededor de 100.000 lagos. Así que no me resultará complicado aparcar la furgoneta para descansar o para pasar la noche a la orilla de un hermoso lago flanqueado por densos pinares.
Y además de bosques y lagos, en el norte de Suecia, más allá del Círculo Polar Ártico, hay renos, renos y renos. Y junto a los renos, una cultura que se ha desarrollado en torno a su crianza y pastoreo. Los Samis constituyen el único pueblo indígena de la Unión Europa y son los habitantes originales de Laponia, un territorio que ocupa el norte de Escandinavia, a caballo entre Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia.


Voy a recorrer Suecia de sur a norte entre bosques, lagos y renos. Sobre el mapa selecciono varios parques nacionales que visitar y que me permitirán hacerme con una visión general de cómo se encuentran los bosques mejor conservados del país.

Todavía en la parte sur de Suecia se encuentra el Parque Nacional de Tiveden, entre dos de los mayores lagos del país, el Vänern y el Vättern. Me quiero acercar a Tiveden por sus bosques maduros, en los que predominan viejos pinos entre pequeños lagos y extrañas y enormes rocas.
En la costa del Báltico voy a hacer una pequeña parada en el Parque Nacional de Skuleskogen, entre paisajes que combinan los bosques y el mar.
Ya por encima del Círculo Polar Ártico y muy cerca de Jokkmokk me voy a internar en el Parque Nacional de Muddus/Muttos, un reducto en el que la taiga sueca se ha mantenido al margen de la explotación forestal entre áreas pantanosas y ríos embravecidos. Una tierra en la que los antiguos Samis cazaban renos salvajes con trampas tradicionales.

Y por último, llegaré hasta el Parque Nacional de Abisko, un pequeño rincón de los Alpes Escandinavos entre abedulares y coloridas praderas alpinas. Partiendo de Abisko iniciaré un tramo del trekking del Kungsleden o Camino Real. Durante siete días, y junto a otros cuatro compañeros de caminata, avanzaremos por hermosos valles glaciares junto a rebaños de renos entre esas grandes montañas que ya empezaba a echar de menos.
En definitiva, un viaje forestal por Suecia entre bosques, lagos y renos. ¿Me acompañas?


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