Progreso:

Berlín forestal (6 de 7)

El Muro de Berlín

Entre 1961 y 1989 Berlín volvió a convertirse, a su pesar, en un símbolo de la situación política global. El Muro de Berlín representó físicamente la Guerra Fría y la fractura entre los dos grandes bloques que dividían al mundo. La República Federal Alemana y la República Democrática Alemana se crearon en 1949, pocos años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, como resultado del reparto del territorio alemán entre los aliados y Rusia. Berlín quedó enclavada en la RDA, pero dividida en dos ciudades: Berlín Occidental y Berlín Oriental. Después de numerosas tensiones, que se reflejaron en el bloqueo terrestre de Berlín Occidental en 1948 o en el continuo flujo de alemanes del este hacia el oeste, la noche del 13 de agosto de 1961 se levantó una barrera para impedir el paso entre los dos sectores. A la mañana siguiente ya se había construido una alambrada de 155 km que separaba las dos partes de Berlín. Poco a poco, la barrera acabó por convertirse en un muro de hormigón de hasta 4 metros de altura, reforzado por una “franja de la muerte” con fosos, alambradas, torres de vigilancia, patrullas con perros y potentes focos. Desde ese momento, la fuga de la RDA era un cara o cruz: la libertad o la muerte. En los 28 años de existencia del Muro de Berlín, 136 personas fueron asesinadas al intentar cruzarlo hacia el oeste. Por fin, el 9 de noviembre de 1989, la situación política y la presión popular consiguieron derribarlo.

East Side Gallery
East Side Gallery
Checkpoint Charlie
Checkpoint Charlie

En la actualidad, solo se conservan unos cuantos fragmentos del Muro de Berlín. La East Side Gallery es un tramo de Muro de 1,3 km consagrado al arte que compone la galería al aire libre más larga del mundo. En el Checkpoint Charlie, punto de destacados conflictos durante la Guerra Fría, conviven atracciones puramente turísticas con una exposición sobre los intentos de fuga a través del Muro. Pero hay que visitar uno y otro lado del Muro para apreciar la auténtica dimensión que supuso esta barrera. Berlín Oriental creció en la economía planificada socialista, simbolizada por la avenida Karl- Marx-Allee con sus casi 90 metros de anchura. Berlín Occidental se desarrolló en la economía de mercado occidental, simbolizado por la Postdamer Platz, completamente reformada tras la reunificación y que hoy está considerada como la “ciudad del siglo XXI”. Es como descubrir una ciudad con dos biotopos completamente diferentes, marcados por la historia.

Karl-Marx-Allee
Karl-Marx-Allee
Postdamer Platz
Postdamer Platz

El «Cosmos» de Humboldt

Cuando Humboldt retornó a casa desde América en 1804, cinco años después de su partida, no le apetecía volver a residir en Berlín. Tras un año entre París y Roma, “Berlín le pareció provinciana, y la campiña de alrededor, plana y aburrida”, relata A. Wulf, “Humboldt seguía soñando con aventuras; quería huir de una ciudad que, según él, estaba adornada no de conocimientos sino solo de prósperos campos de patatas”. Además, el rey le nombró chambelán, con lo que tuvo que dividir su tiempo entre la corte y sus libros. Mientras lamentaba “¿Por qué no me quedé en la selva del Orinoco o en las cumbres de los Andes?”, escribía el “Ensayo sobre la geografía de las plantas” o los “Cuadros de la Naturaleza”.

A pesar de que Prusia y Francia se encontraban en guerra, Humboldt volvió a instalarse en París y después se trasladó a Londres. Pero su deseo continuaba siendo viajar, “estaba convencido de que el conocimiento no podía adquirirse solo en los libros”. Tuvo que descartar un largamente planificado viaje a la India y el Himalaya, debido a la negativa de la Compañía de las Indias Orientales. Finalmente, acuciado por el rey Federico Guillermo III y por la generosa asignación que seguía cobrando de Prusia, Humboldt se vio obligado a regresar a Berlín en 1827, cuando ya tenía 57 años. Al poco de su retorno a Berlín, Humboldt inició una serie de conferencias en la universidad que había fundado su hermano Wilheim. Las conferencias se hicieron inmediatamente populares tanto entre el mundo científico como entre las clases populares. A. Wulf las describe así: “Humboldt llevaba a su público a un viaje a través de los cielos y la profundidad de los mares, a través de la tierra, a la cima de las más altas montañas y luego hasta una pizca de musgo sobre una roca”.

En 1834, a la vuelta de su último gran viaje a Rusia, Humboldt decidió que había llegado el momento de escribir su gran obra. “Me ha asaltado la locura de representar en una sola obra todo el mundo material”, dijo. Había sembrado el germen de “Cosmos, o ensayo de una descripción física del mundo”. Tras una muy larga gestación, el primer tomo de “Cosmos” se publicó en 1845. En la propia introducción, Humboldt explicaba su visión de un mundo que latía lleno de vida. Todo formaba parte de esa “constante actividad de las fuerzas animadas”, escribió. La naturaleza era un “conjunto vivo” en el que los organismos estaban entrelazados en “un intrincado tejido similar a una red”. “Cosmos” era un viaje desde el espacio exterior hasta la superficie de la Tierra y, desde ahí, hasta su núcleo. Pero no era una obra enciclopédica, una mera recolección de datos. Lo que más le interesaba a Humboldt eran las relaciones. Como en sus obras anteriores, la base del pensamiento de Humboldt seguía siendo la “conexión”. Hasta su muerte, Humboldt escribió otros cuatro volúmenes de “Cosmos”. Como en sus anteriores obras, en “Cosmos” subrayaba la importancia de los sentidos. Para A. Wulf, “en una época en la que la imaginación había quedado firmemente excluida de las ciencias, Humboldt insistía en que no podía entenderse de ninguna otra forma”. A los pocos días de entregar el quinto volumen de “Cosmos”, Humboldt murió en 1859 a los 89 años.

Imagen de "Cosmos" de Humboldt
Imagen de «Cosmos» de Humboldt

Una interesante forma de acercarnos a la obra de Humboldt es la biografía escrita por Andrea Wulf “La invención de la naturaleza. El nuevo mundo de Alexander von Humboldt”, a la que repetidamente estoy citando. En propias palabras de A. Wulf, es un intento por “redescubrir a Humboldt y devolverle al lugar que le corresponde en el panteón de la naturaleza y la ciencia”. Considera que Humboldt nos brindó nuestra concepción de la naturaleza y le reivindica como padre fundador del ecologismo.

Cuando Charles Darwin embarcó en el Beagle en 1831 llevó consigo los siete volúmenes de “Personal Narrative” de Humboldt. “Mi admiración por su famoso relato personal (algunas de cuyas partes me sé de memoria) – decía Darwin – me decidió a viajar a países lejanos y me hizo ofrecerme voluntario para ir como naturalista en el Beagle”. A su regreso, inspirado por las islas Galápagos como antes lo había sido Humboldt por el Chimborazo, Darwin desarrolló su teoría de la evolución, que acabó de cristalizar con la publicación en 1859 de “El origen de las especies”. A. Wulf va un poco mas allá cuando subraya que uno de los últimos párrafos de la genial obra de Darwin está directamente inspirado en un fragmento similar de “Personal Narrative” de Humboldt: “Es interesante contemplar un enmarañado ribazo cubierto por muchas plantas de varias clases, con aves que cantan en los matorrales, con diferentes insectos que revolotean y con gusanos que se arrastran entre la tierra húmeda, y reflexionar que estas formas, primorosamente construidas, tan diferentes entre sí, y que dependen mutuamente de modos tan complejos, han sido producidas por leyes que obran a nuestro alrededor”.

Isla de la Plata (Ecuador)
Isla de la Plata, «la Galápagos de los pobres» (Ecuador)

Hay quien afirma que la ecología moderna comenzó con Darwin, con sus conceptos de selección natural y de competencia. Puettmann et al. opinan que “en contraste con la ciencia de la evolución, cuyo objetivo es comprender cómo esa lucha ha dado lugar a tantas especies diferentes en el tiempo, la ecología trata de comprender la actual diversidad de formas de vida y los procesos que permiten tal complejidad ecológica”. 

Basándose en la teoría de la competencia, el botánico estadounidense Clements formuló en 1936 otro concepto clave de la entonces naciente ciencia de la ecología: la sucesión. R. Margalef escribe que “en ecología, la sucesión ocupa una posición similar a la de la evolución en biología general” y considera que “este concepto constituye una importante contribución de los ecólogos de campo, introducida originariamente por (…), Humboldt y otros hace más de siglo y medio”.

La ciencia forestal dio sus primeros pasos bastante antes que la ciencia de la ecología. Los textos de du Monceau (1700-1782), Hartig (1764-1837) y Cotta (1763-1844) se adelantaron en más de 100 años a los de Clements. Con el desarrollo de la ecología, términos como competencia, sucesión, perturbaciones, biodiversidad o conectividad han facilitado la comprensión de los bosques como sistemas complejos y el desarrollo de la ecología forestal.

Bosque de Belleme (Francia)
Bosque de Belleme (Francia)

Puettmann et al. señalan que “desde sus inicios, la ecología ha hecho grandes progresos en el conocimiento de los sistemas naturales y en la comprensión de la importancia de la complejidad de los procesos y el funcionamiento del ecosistema”. Y añaden que “a mediados del siglo XX la visión de los bosques como ecosistemas y la interrelación de los componentes ecológicos fueron integrados dentro de la literatura silvícola. Estos escritos destacaban que la silvicultura no debe considerarse simplemente como agricultura de rotación larga, sino que debe basar sus decisiones en la comprensión de las comunidades vegetales y de la dinámica de los ecosistemas, una visión que hoy esta siendo ampliamente celebrada en Europa Central”. En este contexto surgió el enfoque de la selvicultura próxima a la naturaleza, basado en el bosque permanente o cubierta forestal continua. La selvicultura cercana a la naturaleza ha recibido un fuerte impulso a partir de la década de 1990 con el surgimiento de PROSILVA. Casi 200 años después del viaje de Humboldt a América.

PROSILVA. Una gestión forestal próxima a la naturaleza.

El lago Bled en Eslovenia
El lago Bled en Eslovenia

En septiembre de 2011 visitamos Eslovenia en un viaje forestal internacional organizado por la Asociación de Forestales de España (PROFOR). Eslovenia es uno de los países más boscosos de Europa, con casi un 60 % de superficie forestal. Un tercio de los bosques eslovenos están ocupados por haya, otro tercio por abeto rojo, en gran parte procedente de plantaciones, y el resto por roble, abeto y pinos. Pero la característica que mejor define a los bosques de Eslovenia es la apuesta desde hace más de 50 años por la gestión forestal próxima a la naturaleza. Ya a finales del siglo XIX se implementó en algunas regiones eslovenas el método de selección (p.e. L. Hufnagl), como respuesta a los monocultivos de coníferas que se expandían por gran parte de Europa. En 1947 se dio otro avance: se prohibieron las cortas a hecho, se obligó a la elaboración de planes de manejo y se promovió la selvicultura cercana a la naturaleza a través de cortas por entresaca o por aclareo. Este proceso se acabó reflejando en el nacimiento en 1989, precisamente en Eslovenia, del movimiento PROSILVA.

En 2019 se ha celebrado el 30 aniversario de PROSILVA, también en Eslovenia. En su comunicado oficial se advierte de la grave situación en la que se encuentran los bosques europeos por la conjunción de recurrentes sequías y la plaga del escarabajo de la corteza. Como consecuencia, miles de hectáreas de bosques en Alemania, la República Checa, Austria, Francia y otros países están siendo devastadas. Los abetos rojos mueren en masa por los ataques del escarabajo de la corteza y otras especies como abetos, pinos silvestres, hayas, fresnos también están siendo afectadas por diversos factores. En respuesta, algunos apuestan por fomentar con las prácticas tradicionales de manejo forestal y otros por aumentar decididamente las áreas sin gestión, dejando actuar a la naturaleza según sus ritmos. La gestión próxima a la naturaleza se postula como un modelo integrador. PROSILVA ofrece su cada vez más amplia red de bosques con un manejo forestal cercano a la naturaleza en los que se muestra que los bosques mixtos bien estructurados y manejados en base a la regeneración natural ofrecen un alto grado de estabilidad y resiliencia

Este no tan novedoso concepto de selvicultura próxima a la naturaleza conjuga la producción de madera de calidad con el mantenimiento de la biodiversidad forestal, el uso público, el paisaje, la protección y las funciones socioeconómicas y culturales de los bosques. Con este sistema se intenta favorecer los procesos naturales en todos los aspectos de la selvicultura, buscando la cubierta forestal continua de rodales mixtos con regeneración natural, aunque sin que la irregularidad constituya un objetivo en sí mismo. La gestión forestal próxima a la naturaleza no plantea un modelo uniforme para la selvicultura en Europa. En vez de aplicar recetas generales, los forestales se tienen que adaptar a las particularidades locales. Y a las nuevas exigencias de la sociedad.

En nuestro viaje forestal a Eslovenia tuvimos la oportunidad de visitar bosques con diversas funciones: el paisajístico y turístico Bled, en los límites del Parque Nacional de Triglav; la reserva de caza de Masón, en la que se prioriza la gestión cinegética, particularmente del oso; el bosque urbano de Celje, convertido en un escaparate de la gestión forestal desarrollada en Eslovenia a las mismas puertas de una importante ciudad; y por supuesto, bosques gestionados mediante selvicultura próxima a la naturaleza como los de Kocevje.

La selvicultura próxima a la naturaleza no es exclusiva de Eslovenia. En diversos países centroeuropeos como Francia, Alemania o Suiza hay numerosos ejemplos que lo atestiguan. En nuestro viaje PROSILVA de 2008 visitamos varios de ellos.

Bosque de la Quiquengrogne (Francia)
Bosque de la Quiquengrogne (Francia)

En el departamento francés de los Vosgos descubrimos el bosque de la Quiquengrogne. Es un bosque privado conocido por ser uno de los mejores ejemplos de manejo de hayas en bosques irregulares. Uno de los secretos de este logro es que ha estado en manos de los mismos gestores desde mediados del siglo XIX. Visitamos el hayedo de la mano de Alain Chavane, el actual gestor que pronto dará el relevo a su hija. Una auténtica saga de gestores. La selvicultura próxima a la naturaleza se ha desarrollado en gran medida en base a la experiencia y a un profundo conocimiento de las condiciones locales. En Europa Central ha sido habitual que los forestales manejaran el mismo bosque a lo largo de su carrera, incluso heredándose de una generación a otra como la familia Chavane. La selvicultura cercana a la naturaleza no está vinculada a una fórmula prefijada, sino que más bien está definida por la voluntad del propietario y la del gestor del bosque. Así, se ha desarrollado una selvicultura arraigada en la tradición.

Bosque de Basadingen (Suiza)
Bosque de Basadingen (Suiza)

El bosque de Basadingen, en el cantón suizo de Thurgau, también ha sido gestionado durante más de 70 años mediante sistemas de cobertura permanente. Al bosque de Basadingen lo describen como un bosque estable, ecológica y económicamente valioso; como un bosque continuo gestionado intensivamente; como un paraíso ecológico. En Basadingen, la luz y la sombra se distribuyen como un mosaico, manteniendo un ambiente forestal muy apreciado por la rica biodiversidad del bosque. En particular, por los líquenes. La abundancia de líquenes raros indica una selvicultura casi natural y ha llevado al diseño de un “sendero de reconocimiento de líquenes” por el interior de la espesura.

El bosque urbano de Rosenfeld, en plena Selva Negra alemana nos mostró orgulloso su desarrollo después de 25 años de gestión próxima a la naturaleza. Se trata de un abetal con menor presencia de abeto rojo y haya. En un estudio de 2016 se comparan diversos parámetros de naturalidad entre el bosque de Rosenfeld y un bosque regular cercano: composición de especies, estructura vertical, madera muerta y regeneración. El bosque permanente o “Dauerwald” mostró mayor naturalidad que el regular. A pesar de ello, el estudio plantea recomendaciones para mejorar más la “cercanía” del bosque con la naturaleza: promover una mayor diversidad de especies, incrementar la presión cinegética para potenciar la regeneración natural, o aumentar a largo plazo los valores de madera muerta hasta 40 m3/ha. Parece que la selvicultura próxima a la naturaleza tiene que seguir dando pasos para aproximarse todavía un poco más al “intrincado tejido similar a una red en el que los organismos están entrelazados” que describió Humboldt.

Bosque de Rosenfeld (Alemania)
Bosque de Rosenfeld (Alemania)

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